Presupuesto mochilero para viajar por Sudamérica
- Pablo Caballero
- 27 abr 2016
- 4 Min. de lectura
¿Qué presupuesto necesito para viajar de mochilero por Sudamérica? ¿Es muy caro el transporte? ¿Se puede acampar? ¿Cómo hacen para viajar tan barato? Esas, y otras tantas preguntas, son las más frecuentes al momento de planificar un viaje por primera vez. Respuestas hay como cantidad de viajeros.
Por empezar, quiero aclarar que como toda guía escrita en un blog, la información pretende ser lo más objetiva posible, aunque no siempre lo logra. Sé que viajar a dedo no es para todo el mundo, así que incluí otras opciones también. No van a encontrar un choclo de números y precios, porque con la inflación que reina en buena parte de los países esta guía se desactualizaría muy rápido, aunque sí hay estimativos para que se den una idea. Acá vamos.
¿Cómo se hace para viajar por Sudamérica con U$D 7 diarios?
Normalmente, y sin importar el tipo de viaje que sea, el presupuesto se divide en tres elementos básicos: transporte, comida y alojamiento. La primera parte (salvo dentro de las ciudades) la resolvemos viajando a dedo. Incluso en países como Bolivia, donde los buses son muy baratos, nosotros elegimos extender el pulgar: no lo hacemos solamente por cuestiones económicas. La comida, en líneas generales, también es muy accesible. La mayor parte de los países cuenta con mercados donde por unos pocos dólares se puede comer rico y nutritivo (no es que vivimos a galletitas de agua con picadillo) o se puede comprar para cocinar. Y el alojamiento…bueno, para que se hagan una idea, en 545 días de viaje, solamente pagamos 20 noches de hostels. Además de usar Couchsurfing, acampamos mucho (y no, nunca terminamos durmiendo debajo de un puente). La suma de estos tres + algún extra (ya sea medicamento, entrada a museo, o antojo impostergable) nos dan un promedio de U$D 7 diarios de a dos. Es decir: no es que si para las 3 de la tarde nos gastamos esa plata el resto del día la pasamos a agua y sobras. Hay países que son más caros que otros, así que toca promediar.
1. Transporte: cómo viajar por Sudamérica
¿Se puede hacer dedo en todos los países? ¿Es igual de fácil?
Bueno, es difícil generalizar ya que las condiciones para hacer autoestop varían considerablemente de país en país. Si bien en todos la práctica de viajar a dedo es legal, en algunos, como Ecuador, Uruguay o la Guyana Francesa es mucho más normal y por ende la gente está más acostumbrada a frenar que en otros lugares, como Bolivia o Paraguay. En todos los casos, una buena presencia ayuda un montón. En países donde las distancias son muy largas, como Chile, Argentina o Brasil, los camioneros pueden ser los mejores aliados. Eso sí: compren buenos mapas. No pretendan que el conductor sepa de esa ruina perdida a la que ustedes quieren ir. Y siempre hay que estar preparados para mantener buenas conversaciones, ya que las distancias que recorren son muy extensas, y la curiosidad suele ser el principal motivo por el que los conductores frenan.
Los términos que se usan para referirse al autoestop son diferentes en cada país. (Hay que estar preparado también para explicar la idea y los motivos de viajar en autoestop). En Argentina y en la mayoría de los países del sur, la práctica se conoce como “hacer dedo”. En Brasil, la expresión correcta es “pegar uma carona”. En Perú, “tirar dedo”; en Ecuador “jalar dedo” y en Colombia “pedir chance”. Por último, en Venezuela, lo más correcto (aunque suene indecoroso) es “pedir la cola”.
¿Hay que pagar cuando se viaja a dedo?
Generalmente, nadie espera plata a cambio del viaje. Sin embargo, en Bolivia o algunas zonas de Perú, los taxis informales son muy frecuentes y es muy fácil caer en confusiones al no poder identificarlos. Casi siempre se trata de camiones con el cartel del destino hacia donde viajan o de autos viejos, de color blanco. Algunos llevan una calcomanía pequeña en el parabrisas con la señal de “taxi”, pero no siempre es así. Por ello siempre es mejor aclarar que no se lleva dinero antes de subir (o si se decide pagar, negociar el precio).
2. Comer en Sudamérica: ¡qué vivan los mercados!
Si usted es uno de esos pocos padres que andan rondando en la web y está preocupado porque si hijo/a se está por ir de viaje, puede quedarse tranquilo que de hambre no se va a morir. Comer en gran parte de Sudamérica es mucho más barato que comer en Argentina. Para que se den una idea, de los U$D 7 diarios, al menos U$D 5 se nos iban en comida. Eso sí, para que la billetera rinda, es necesario ser un poco selectivo con lo que se compra. En lugar de sentarnos en bares o cafés, siempre que fue posible compramos en el mercado, o en tiendas de barrio donde compraba la gente local. Y a medida que íbamos subiendo por el mapa, las frutas y las verduras se hacían más variadas y más baratas, por lo que además de económico comíamos bien.
Lo que cuesta dormir
Para poder mantener el presupuesto mochilero por debajo de las dos cifras, es imprescindible no pagar para dormir.
a. Couchsurfing
La gratuidad no es el principal motivo para ser miembros, pero se ahorra bastante (además de la comodidad de poder cocinar). Lo usamos mucho, pero hay países como Bolivia o Perú en donde la mayoría de las respuestas vienen de gringos expatriados: cuesta más que los locales respondan.
b. Camping
La carpa es un elemento fundamental para nosotros. La usamos muchísimo. Además de permitirnos adentrarnos en paisajes que no siempre están poblados, nos da la garantía de que si llueve o pasa algo, tenemos la casa a cuestas. Es muy difícil encontrar un camping como tal más allá de Argentina, Chile o Uruguay. La mayoría de las veces terminábamos pidiendo permiso en escuelas, patios, etc. lo que llevaba a que más de una vez nos invitaran espontáneamente.
c. Hostels
Como comenté antes, los usamos muy pocas veces. Viajando de a dos es posible encontrar habitaciones dobles en hoteles más modestos al mismo precio que dos dormis en hostels más pro. De cualquier manera, una cama ronda los U$D 8 la noche. Tomen U$D 10 como referente, para hacerse una idea. Y sepan que en el lugar siempre se pueden encontrar mejores tarifas que las que publican los sitios web de reservas.
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